jueves, 13 de marzo de 2014

el escenario olvidado




En la búsqueda de orígenes a problemáticas urbano sociales debe saberse en principio la capacidad que tienen los sistemas que trabajan en este ser vivo llamado ciudad. Bien, pero cuáles de estos andares sistemáticos que proporcionan vida, estar, hábitat,... insalubridad?,...injusticia?...parten los signos para un cambio de raiz.  Son muchos, desde el territorio, las características morfológicas de urbanización (planificada o no),  la movilidad, la distribución de centralidades, las dinámicas sociales, las reglamentaciones, las presiones privadas(o cual fuese) y decisiones que van desde la gestión y la política, etc. Una serie de factores activos que terminan definiendo el perfil de ciudad que tenemos o "queremos".
Pero volvamos al principio, el hombre que inventa un espacio artificial para desarrollarse...un escenario natural modificado...un ser humano que pide un lugar prestado para construir y reconocerse sociedad. Una naturaleza que tiene sus propias lógicas, procesos cíclicos diversos, cambiantes. Un paradigma de ciudad occidental colonizador e impositivo en todas sus formas que traza sus direcciones en función a su ideario, en donde la naturaleza es el objeto a combatir, una fuerza ajena y destructiva. Pero el fracaso de esta utopía artificial está justamente en su entendimiento de cómo concebir urbe. La naturaleza no se niega ni domestica, "La ciudad baila con la naturaleza". Los procesos se encausan en favor de. El término Genius locci (ser y querer ser del lugar) va mas allá de la intención estética y/o superficial del asunto, es por otro lado un conocimiento real de las condiciones geográficas y territoriales que existen. La palabra armonía debe ser redefinida.
Entender estos proceso y hacer ciudad con ellos, junto a la naturaleza  y no en contra de. El acto no es una lucha, es un consenso que trabaja con las diversas lógicas y sistemas humanos. Toda fuerza debe ser usada a favor.
Pero esta también es una utopía.












ffff
y en casa, sus cosas.

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