jueves, 11 de febrero de 2016

De las estrellas en el vientre







el control de uno mismo...
La desconocida siempre habló del cuerpo como una casa, espacio sacro sin mentiras.
Se notaba orgullosa de las cicatrices en su vientre producto de las operaciones que tuvo en su momento, con cariño le comentaba que tenia una pequeña constelación de estrellas al rededor del ombligo, que me iba a encargar de pintarlas.

Del cuerpo yo... despotricaba, me burlaba de aquello que sentía, era, en gran medida, "superficial"
Ella no, disolvía los complejos que su cabeza guardaba y los deshechaba por el retrete de cualquier baño, usaba su cuerpo para sentir el placer de compartir, o simplemente compartirlo.
Generar vínculos...o no.
Qué importa...qué sano juicio habría de imponer la dogmática idea de no compartirlo con quien uno quiera, de no poder elegir por voluntad propia a que otro ser humano darle tal honor.

Ahondar por las tierras de lo sagrado, en pies descalzos, y justo en ese instante (como dice ella) ser más libres que nunca. Tal vez...no haya momento más sincero que ese.



Por otro lado.. extraño estimular mis cerebro con las buenas conversaciones, será cuestión de encontrarlas de nuevo querida desconocida, buena amiga.







Ya tengo 25.
Y desde hace tantísimo no sentía tal libertad





¿Me pregunto cuando será bueno tener mi propio espacio?




Jorgesaúl

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