martes, 30 de mayo de 2017

Eras

Recuerdo al viejo Eguren, amante del oficio de un arquitecto, concentrado en que los alumnos sepan concretizar las cosas. El buen Eguren me ponía el perfil de muchacho del viento.recuerdo cambiar de ideas una semana tras otra, una idea mejor que la otra, pero ninguna que sintiese exactamente "precisa" para el encargo, para el lugar, para el proyecto. Eso me frustraba. Mientras la clase avanzaba, buscando llegar a los entregables, yo me concentraba en que el producto despierte aquello que no sabía definir dentro de mí.
Por aquel entonces recuerdo haberme interesado en el tiempo y los recorridos, planteaba alguna superficie inclinada por donde transitar, que funcionaba como un gran puente, estructurando todo el proyecto , recuerdo a Eguren diciéndome que eso era imposible. Después empezó a divulgar entre algunos conocidos, que "jorgesaúl hace cosas inconstruibles". Lo decía con gracia el viejo.

Recuerdo estar en el taller pensando aquel proyecto, y entonces David como polizonte y visitando su antigua clase, se acerco a mi mesa, quiso que le explique que estaba haciendo, le conté. Después de hablar me dijo "oye ¿te interesa practicar? en el estudio donde estoy tratamos de hacer cosas como la que estas planteando ahora". David era un tipo muy simpático, hablaba con una energía inusual. Su partida deja un silencio prolongado entre los que lo conocimos.
Alguna vez, lo recuerdo hablando de la fragilidad de la vida, y de que iba a vivir poco.
je David...


El trabajo era con Miguel Rodrigo Mazure...que ya no está, pero al que guardo mucho cariño. Sobre todo por lo conversado antes de terminar el trabajo, decía con cariño que tenía un buen corazón. "Regresa cuando quieras" es lo último que me dijo.

y  de Eguren... su sonrisa.
"Jorgesaúl... Buen trabajo"
fue lo que me dijo al terminar la universidad.

tome aire por unos segundos
y le dije casi con lagrimas.

"Gracias, Fernando"

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