miércoles, 14 de junio de 2017


tengo la edad de karina, cuando la conocí.. por aquellos vientos, me recuerdo triste y confundido, pero más la recuerdo a ella, exorbitante de sonrisas, irradiando su ser a las extensas del territorio lúgubre que era aquel cuarto lleno de melancolía, acompañando a Jorge a sobrellevar la vida.
Él solía prender hierba mientras miraba por su ventana como la noche se convertía en madrugada, y la llovizna...la bendita llovizna, acaparando todo, ensuciando los zapatos en medio del parque o del adentro. Solíamos caminar después de cenar, esperando que el espectro de preocupaciones se nuble un poco, y así pensar un poco mejor.
Ella, muchacha en solitario, vivía junto a él la perdida de su Padre.
Nos conocimos los tres el mismo mes, queriendo buscar refugio fuera de nuestras realidades.
No creo en absoluto en las coincidencias.

Karina se irá a Edimburgo en agosto, y no volverá sino hasta concluir el doctorado.
Jorge, tiene su raza cerca a la tierra...el no va a irse de esta parte del mundo.
Pero su historia, ya se había disuelto antes...
Nos volveremos a ver antes que se vaya, y tomaremos un café los tres, para darnos un adios.
el término "a-dios" siempre me ha llamado la atención.



Me reuniré con ella en octubre, por algún lugar cruzando el mar...o ese es el plan.

pero...
No es ese el tiempo que me toca vivir ahora.










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