me acurruco entre sus brazos, yo, niño débil, sumido ante la profunda sensación de llegar a cierta raíz madre, a un vientre de origen. Me acurruco y mi cuerpo se detiene, es incapaz de hacer mayor movimiento, solo espera, escucha, disfruta, enternecido más aún por su llanto y una voz que con el tiempo se extingue.
te extrañaba mucho abuelamía...
melancolía.
y sé que me distanciaré de nuevo...porque no lo soporto, te juro que no lo soporto.
porque estoy profundamente dolido,
podrido ese espacio nuclear que ahora tiene agujeros por donde se filtra una especie de nostalgia que detesto, pero nada más, porque en la oscuridad del silencio, es la hemorragia que desangra el alma lo que persiste.
no lo soporto, porque tu tampoco lo soportas,
y me haces vivir lo que tu no vivirías
y eso me duele más.
porque además,
de culpables nosotros nada.
nada
carajo!
la sangre
el tiempo
la muerte...
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