lunes, 25 de agosto de 2014

Salgo de un patio entro a una calle, salgo de una calle entro a una plaza, salgo de una plaza y el piso de la unión es una cama.

entre los pasillos del centro, los azares del tiempo...mira fijamente al vació, y ahí está, la italiana de nuevo. ...pieza delicada, apabulla las calles con su baile, con el control de su cuerpo, y en su cuerpo el ambiente. la gravedad compulsiva se irrita ante sus pies.
le sonrío, me sonríe...
delicada italiana, han pasado lunas...
¿cómo has estado?...

seguro tu dirección sigue siendo ese cuartucho maldito tan lleno de soledad, y rififi, pequeña entrometida bola de pelos, tu única inquilina..
apenas me acerco me das un abrazo, han pasado lunas... de nuevo, el tiempo que transpira entre sus poros.
y me preguntas con una especie de tristeza...¿sales con alguien, cierto?
pequeña ingenua, al parecer la soledad está devaluada
le respondo...salgo conmigo, y siente no creerme...

y entonces...amago la incertidumbre y me retiro.  la dejo ahí, absorta por la música de un grupo neocumbiero, y me desintegro entre la cerveza derramada en el piso y los cigarrillos de todo tipo, y ya no estoy, y ya no está. y así tiene que ser.
no es tiempo para los forasteros.
lo sé.


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