jueves, 2 de abril de 2015

callos

me duelen los dedos de la mano izquierda...






regularizo mis espacios, o mas bien, los hago más habitables(?)
para lo que viene ahora, para lo que sigue...


después del sol de las mañanas calurosas, me despierto con lo que tengo, pies descalzos y mucho caminar. La bitácora me engaña y no quiere ser dibujada. y en las uniones de los pisos hay fragmentos de "qué se yo", adormecen mis dedos, entonces me despilfarro en donde parece estar mas fresco y la maestría empieza el lunes, y no puedo evitar lo que parece ser ilusión y curiosidad.
Los King of convenience siguen cantando, siguen siendo de mis grupos favoritos, karina entonces dice que no la visito, que soy un extraño, un ingrato, Jorge me conoce mejor, sabe que esos espacios tan especiales dependen de momentos sincronizados.

Con el pasar de las hojas, me vuelvo más hábil en ciertas cosas, la praxis es aprendizaje, y mirándome al espejo me siento más arquitecto, y no con las condicionantes peyorativas de antaño, me vuelvo más arquitecto y lo que significa eso para mí. Sin las variables de la banalidad que circulaban entre mis oidos de más joven. Descalzo, un arquitecto descalzo, provisto también de ciencia, de conocimiento general y específico, o al menos buscando aquello.

Empiezo a tenerle cariño a lo construido, a lo real, a la culminación de etapas, a la habitabilidad de las ideas, a los universos que escapan al tema meramente proyectual. 
Estructurandome, sí, de cierta manera de manera fractal, considerando el tiempo (que no es una linea recta) y adecuándolo a mí, sin imponer, y sí, sonriendo.

nada tiene sentido
si no así

...














Me he cortado las mechas de los pelos, las corte solo, como quien corta un árbol en luna llena y decapita historia, ya pesaban mucho.





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