y entonces mi choledad puede más...me corta las alas, me recuerda el no pertenecer a nada, a nadie.
una brújula defectuosa, una coordenada perdida...y así llego a la noche, a la luna, arrumado al estropajo debajo del poste por un poco de calor...
y la sarta de jazz en la oreja, la oreja, y un veneno entre las manos..
el inminente silencio de mis ventanas de escape una vez más...
una vez más...
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