domingo, 10 de mayo de 2015

trillada de otoño





mis espacios
pues me es inherente hablar de lo abstracto siempre en relación al mundo tangible

descubrí entonces que adoro cierta soledad
silencios puntuales y muy sencillos
que ello imposibilita algún panorama también
que la sensibilidad de mis dedos se mide en llanos prolongados
....
que no es justo no decirlo
que te quiero



pero que con todas esas
soy un ente complicado
un rompecabezas de color anaranjado

en algún momento perdí la brújula, no supe bien entonces cuanto valía
me regalé por migajas
y entonces me cuestionaste sobre el término migajas, o el término valor
o sobre el término término, o acaso si terminó. No sé si la intención era esa, desconfigurar lo aprendido, o irritarme tan solo. Pero paciencia tengo y soy un experto en hacer cosquillas.

y entonces esa red de símbolos dispersos conectados por sabe dios que patrón tuvo algún sentido en mi cabeza, pero un sentido de una complexión inherente al viento y algunas brisas de abril, de un otoño venidero. Y el destino sabe que no me gusta el frió pero adoro el aire remangando mis pantalones para flexionar las rodillas con mayor soltura y aquí estoy sentado sobre mi pecho, con el sobrepeso de las madrugadas de luz amarilla.
Y recordé qué era abrazar,
extender las ramas hacia el sol
y escuchar calor en los músculos
y supe que era bueno en eso,
que siempre había sido bueno en eso.



pero que también estoy hecho de viento.
De moléculas revoloteando en un orden que no entiendes, que no entiendo, que nadie entiende.

lo sé, ya no soy un infante
y sólo quiero ser mejor persona.






El quién es uno, también se construye con la sonrisa de otros.





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